En el mundo del deporte están los profesionales, esas personas que tienen por pasión y vocación el deporte y dedican su vida entera a competir; aquellos que mueren y renacen cada día en cada entreno, en cada competencia…

Estamos los que comenzamos por primera vez (casi siempre en edad adulta) seducidos por una casualidad, por una simple coincidencia, por encontrarnos en el lugar y momento correcto con las personas correctas, los que miramos a aquellos que llevan una larga trayectoria y pensamos que tal vez, también nosotros podemos…

Estamos los que después de haberlo hecho intensamente (normalmente durante nuestra niñez o adolescencia), lo abandonamos, hasta el punto en que parece solo un recuerdo de otra vida: los que un buen día encontramos la chispa de nuevo y decidimos volver a arrancar, más conscientes, con más seguridad y experiencia y descubrimos entonces, que nuestra mente y nuestro cuerpo tienen una memoria impresionante…

Estamos los que vamos y venimos, los que comenzamos y abandonamos, los que lo hacemos de forma esporádica porque así es nuestra esencia, porque así nos gusta, porque es nuestra preferencia…

No importa en donde estés tú; somos parte de un mismo palpitar, de una misma inhalación y exhalación y todos, absolutamente todos tenemos una cosa en común: estamos destinados a renacer

Renacer, no significa volver de la muerte, significa volver a creer, volver a tener esperanza, desechar creencias viejas y adoptar nuevas, mejorar, avanzar, fallar mucho e intentar más, perdonarte, aceptarte, aprender, significa destruir y reconstruir pero ahora: más consciente, más honesto, con mucha más confianza en ti, más humano…

Esto es Reborn: renace cuantas puedas